Secado de tus flores.

El secado de los cogollos de marihuana es un paso crucial para garantizar la calidad final del producto. Un secado adecuado no solo preserva los cannabinoides y terpenos, responsables del efecto y aroma, sino que también evita problemas como el moho y mejora la experiencia de consumo. Aquí van algunos puntos clave:
Preservación de compuestos activos:
Un secado lento y controlado ayuda a conservar los cannabinoides (como el THC y el CBD) y los terpenos, responsables del sabor y olor. Si se seca demasiado rápido, los terpenos pueden evaporarse, afectando el perfil aromático.
Potencia y suavidad en el consumo:
Un secado adecuado reduce la humedad interna, lo que permite una combustión uniforme. Esto da lugar a un humo más suave y menos irritante para la garganta.
Prevención de moho y bacterias:
Al eliminar la humedad correctamente, se evita el crecimiento de moho y bacterias, que pueden arruinar la cosecha y suponer un riesgo para la salud.
Mejora del sabor:
Durante el secado, se descomponen algunos azúcares y clorofila, lo que disminuye el sabor a «verde» o «hierba fresca» y permite que se desarrollen sabores más complejos.
Facilidad para el curado:
Un secado adecuado es el primer paso para un curado exitoso. Si los cogollos están demasiado húmedos, pueden enmohecerse en el frasco de curado.
¿Cómo se debe secar?
Condiciones ideales: Se recomienda un ambiente oscuro, con una temperatura de 18-22°C y una humedad relativa del 45-55%.
Ventilación: Una ligera circulación de aire ayuda a evitar la aparición de moho, pero sin dirigir ventiladores directamente a los cogollos.
Tiempo de secado: Suele llevar entre 7 y 14 días, dependiendo del tamaño de los cogollos y las condiciones ambientales.
Un secado adecuado marca la diferencia entre un producto de calidad superior y uno mediocre. ¿Quieres saber más sobre técnicas específicas o problemas comunes en el secado, pasate por la tienda y te asesoramos.